sábado, 12 de mayo de 2012

Cuando observaba las exposiciones que se hacían sobre bonsáis, había siempre un apartado un poco más pequeño sobre el suiseki, como un arte menos importante, o como " un hermano menor que siempre va de la mano del hermano mayor", no obstante, no carecían de valor para aquellos que estudiaban  este arte, pues le ponían el mismo empeño en la exposición de su Suiseki como lo otros en sus bonsáis. A mi, no es un arte que me cautive,  pero si he conseguido que la piedras me recuerden a lugares, los cuales identifico, y su espíritu hace que mi mente los relacione con un paisaje en miniatura al entremezclar mi niñez y mi conocimiento para conseguir evadirme y poder soñar despierto. Siempre que tienes un conocimiento "nuevo", y que además algunas otras personas coleccionan ese "conocimiento"....intuitivamente y sin darte cuenta lo haces totalmente tuyo, y por mucho que quieras es inevitable su búsqueda. Te invitan a un campo o una comida en el campo, o vas a la playa, ya estoy ideando para "evadirme del lugar" para buscar alguna piedra .
Así hace casi más de diez años, en la playa buscando piedras, encontré una  que de principio me interesó, pero al mirarla mejor no le encontré nada interesante para representar un paisaje  o forma, pero a mi hija mayor, que iba detrás mía mirando las que cogía o dejaba,  le gustó. Ella me indicó que la "piedra tenía un ojo", un hueco perfecto. Seguidamente le hice un "dai".  No es realmente un paisaje real, posible,...pero si es, la que mi hija no dejò que la devolviera al agua otra vez, y a la que le sacó  un parecido con "algo vivo", algo animal....es lo que recuerdo cada vez que la miró, pues me lleva a algo misterioso....de aquello que los mayores vamos perdiendo poco a poco....