miércoles, 19 de noviembre de 2008

La belleza del color


Cuando el otoño empieza y el invierno está viniendo, uno se da cuenta que no habrá tanta luz como en verano. Significa que las hojas no recibirán tanta luz como acostumbraban y la clorofila empezará a decrecer. La clorofila es lo que le dá a las hojas el color verde, si la clorofila empieza a decrecer (por la cantidad de luz, cada vez menor en los días de otoño) las hojas comenzarán a cambiar el verde por algún otro color.
En la hojas siempre existen machas de otros colores no se aprecian ya que predomina el verde, entonces cuando el verde empieza a decrecer, los otros colores comienzan a mostrarse más. Algunos de los colores que se esconden en la hoja son; Marrón—puede significar que las hojas están muriendo o ya esta muertas. Amarillas y Naranja; son colores producidos por sustancias llamadas carotenoides, siempre están presentes en pequeñas cantidades, pero se tornan más obvias cuando el verde empieza a desteñirse. Y Rojos y Purpuras: son formados por sustancias llamadas autocianinas, formadas por reacciones químicas que usualmente se producen cuando el clima empieza a cambiar en otoño. El alimento que sobra (glucosa) en una hoja también hacen que las hojas se vean rojas.
Este es el aspecto científico el cual ocurre en la naturaleza todos los otoños, pero existe otro aspecto mucho mas intimista, más subjetivo que es el de la belleza de los colores y como nos impresionan cada año, aunque sepamos que van a cambiar el verde por otros colores. Y los japoneses lo tenían , ya que su evolución como cultura ha estado muy ligada a la naturaleza.

Para comprender el aspecto sagrado de la visión de la naturaleza para los japoneses, hay que comprender el termino “ aware”. El maestro Shinichi Hisamatsu describe el “aware” como sentimiento que experimenta en la alegría de un mañana de primavera y en la tristeza de una tarde de otoño.
Uniendo la parte vitalista de la anterior creencia japonesa (sintoísmo) y el mismo budismo podemos decir que el “aware” no es más que la palabra japonesa del hombre atónito delante de la naturaleza sometido a su encanto.
Yo me quedo con el encanto de ver mis bonsáis cambiar y darme esta visión cada otoño.
De ahí que os muestre como son, con fotografías para que podáis admirar como yo la belleza de la natrualeza.